viernes, 20 de junio de 2008

CAMINANTE NO HAY CAMINO


Quedan solo seis días para que haga un mes que me dejaste, bueno, tu no me dejaste, yo te obligué a partir tomando la decisión más dura de mi vida, yo hice las formalidades de este mundo, yo... Me convertí en tu verdugo por no verte ya sufrir, pero tú ya te habías ido hacía dos días, me lo decían tus ojos, me lo contaban como contabas siempre tus cosas, no puedo pasar por la parte del jardín donde me contaste esas cosas, sin sentir un respingo.



Se que con estas palabras amargas, vuelvo a romper de nuevo mi promesa de no más cosas tristes, pero hoy no he podido cumplir, lo siento, hoy se me escapó el corazón y ganó a mi razón.



Casi hace un mes, tan corto y tan largo a la vez... Parece que hace siglos que camino en circulo, pensando, recordando, sufriendo, sintiendo de nuevo ese nudo en mi garganta que se enquista y no me deja respirar y en silencio, en silencio siempre, silencio solo roto por estas palabras, ya nadie del mundo real quiere escuchar mi dolor, ni yo quiero mostrarselo, solo lo dejó fluir en estas palabras como única via para no morir de pena, pero no se muere uno, no, eso a veces es lo malo... Pienso en toda la gente que pierde un ser querido y se quiere morir, pero no se muere, además de su inmenso dolor, la obligan "a seguir con su vida", que crueldad no?



Sigo mirando tu foto cada día, a escondidas, como el que mira la foto de un amor prohibido, por que eso eres tu para él mundo, un amor que no puede ser y que no se puede mostrar. Pero no me hace falta mirar tu foto para verte, estas en todas partes, cada mañana cuando comienzo el día, miro por la ventana y ya estas conmigo, mirando el nuevo día que no va apoder ser, cuelgo la ropa en el jardín y miró al porche sabiendo lo que no voy a ver, miró el campo, las flores, las calles y veo como un cuadro sin acabar, en todos esos cuadros, con esas imagenes tan bellas, falta algo, faltas tu dándoles vida, sin ti en todas esas imagenes, la pintura de desdibuja y queda codificada para mi, no puedo verlo, no quiero verlo.



El jardín, recuerdo el camino que hacias a fuerza de andar por él, decíamos, mira que caminito calvo hace Laia en la hierba, decíamos cariñosamente que eras como Atila, por donde pasabas no crecía la hierba... esa hierba está volviendo a crecer sin pudor, tapando tu camino, desandando tu andar... pero en mi corazón, ese camino del que tanto renegué, existirá siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No fuiste su verdugo, fué el último acto de amor que quedó en tus manos cuando ya no podías hacer nada más. Un mes sin Laia, si, pero ella ya está más allá del dolor, pero nunca estará más alla de tu amor.