UNA ANECDOTA

Con un cachorro en casa,a cada rato hacen alguna y Jara no iba a ser menos, todavía no termina de entender el tema este en el que nos empeñamos los humanos de hacer el pis en tal sitio si y tal sitio no y las pruebas me remito:la otra madrugada, me levanto a hacer pis, paso delante de la cama de Jara que duerme plácidamente, cuando estoy sentada en el trono con mis deberes, aparece la perra plana de un lado, el pelo mullido ese suyo totalmente aplastado de dormir de ese lado, con una cara de sueño, pasa a mi lado y se coloca ella mirando hacia el mismo lado que yo y se pone a hacer pis también, ella en el suelo claro. Vamos, que solo le faltó limpiarse, tirar de la cadena y dar las buenas noches.

COMO EL GATO Y EL PERRO

Ya ves, pues no siempre es así, tú te ponías como loca con los gatos, si los veías desde la ventana del jardín, te ponías con los pelos de punta como el gato que veías, ladrabas como una posesa hasta que te habría y salías como un miura en persecución del osado minino que osaba meter su linda patita en tus dominios.

Y aquí tu colega Jara, es visitada casi a diario por el gato del vecino, ese Lucas con mirada curiosa, viene a ver a esa cosa rara y peluda que vive ahora en casa de la vecinita que le da siempre mimos y le deja pasearse por su casa como si tal cosa y empieza el juego: Jara en cuanto lo ve se pone loca de contenta, mete la quinta y sale quemando rueda detrás de Lucas intentando cogerle, de pronto cambia el juego y es el gato quien persigue a mi bolita que corre divertida por el césped, Jara intenta seguirle cuando se sube a los altos o salta jardineras sin despeinarse, ahí entramos nosotros moviendo la bandera de cuadros, para indicarle el camino más corto hacia el escurridizo minino, más acorde a sus posibilidades perrunas.

Cuando el gato se para descarado a mirarla, Jara se agacha moviendo su minirabo y ladrándole haciéndose la fierecilla, nosotros seguimos la escena muertos de la risa, intenta una y otra vez atraparle el rabo mientras Lucas la mira con suficiencia como diciendo:" Pero tú que haces, piltrafilla" y si insiste mucho en el empeño, la da un toquecito con la pata haciéndoselo saber.

Siempre es Don Lucas quien da por terminado el juego, saltando altivo y con gracia hacia el tejado vecino o hacia su casa, Jara se queda ahi mirando hacia arriba y luego viene toda contenta hacia nosotros como para contarnos lo bien que se lo ha pasado. A mi me encanta que jueguen, porque aparte de el espectáculo que nos regalan, todas esas carreras a toda pastilla, tal vez me regalen esa noche una horilla más de sueño, antes de que el terremoto se acerqué a mi cama haciendo de encantador despertador.

NO IMPORTA EL TAMAÑO

Un nuevo día, hoy comenzó a las siete de la mañana, me ha dado una tregua de dos horas, su barriguita no aguanta más y necesita.... aliviarse. Vuelta a la cama a dormir un poco más, hubo suerte esta vez y la enana no esta hoy muy marchosa, se sube a mi cojin y cierra sus ojitos dándome un respiro.

El respiro dura poco, entra mi otra cachorra de ocho años reclamando el desayuno, por suerte esta va al baño sola y claro, como no, Jara se suma a la fiesta y toca levantarse, una reclama el desayuno y la otra juegos a lo bestia, me muerde el pelo, el camisón, corre a mi alrededor hasta que cae literalmente mareada... talvez desayune yo hoy un poco de su pienso con el café, a ver si me da la mitad de energía que a ella.

El cielo esta azul, ya hace calor, promete temperaturas de justicia, tu estarías ahora tumbada en el fresquito del porche, Jara sin embargo prefiere mis pies para echar su siestecita mañanera, que ganas tengo de que llegue el día de que la pueda sacar a pasear y disfrutar de ello cada día como haciamos nosotras juntas, recuerdas? me encantaba el olor de la mañana de verano, tú y yo solas paseando mientras el mundo duerme... pero con esta enana me toca esperar a terminar con la vacunas, a ti te pilló en invierno y parece que el encierro lo llevamos mejor, tengo ganas de enseñarle a ella también el mundo, su mundo, que debe creer el animal que no hay vida detrás de la puerta de casa.

Sigo asombrándome con los tamaños, tan pequeñinas las cosas de Jara, como el bebedero, que parece de la Nancy al lado del tuyo, bueno, tu en el jardín directamente te poníamos un cubo, pues bebías a lo bruto... También me hace mucha gracia el arnés de Jara, que he puesto al lado de tu collar y se ve como de juguete, vamos, que le vale a los perros de peluche de Celia, pero en lo que no importa el tamaño, es en la alegría que dais, da igual la altura de vuestras patas y lo agudo de vuestros diminutos dientes de cachorro, el amor lo dais igual a montañas, seais lo pequeñitos que seais, doy las gracias por ello cada día que amanezco al lado vuestro.

Hace tres meses que Jara estrenó vida

Hoy hace tres meses desde que Jara campea por el mundo, mirándolo todo con sus ojitos azabache, moviendo sus patitas a velocidad turbo por la vida, sin que nada se le escape a su recién estrenada curiosidad de cachorro.

Antes de aquel 13 de abril, yo seguía el embarazo de su mamita, esperando que llegara ese día en que Jara estrenaba vida, sin saber ninguna de las dos, que el destino nos haría recorrer un montón de kilómetros para unir nuestras vidas, la de Jara oliendo a nuevo y la mía un poco vapuleada, pero con ansias de dar mucho amor

Y aquí estamos, bajo tu mirada paseamos por tus dominios acompañada por estas patitas turbo moviéndose con gracia para seguir nuestros pasos, disfrutando cada segundo con la misma intensidad que viví los tuyos, pero desde la tranquilidad de la experiencia, tu fuiste mi maestra y ahora me siento cómoda enseñando y aprendiendo con Jara, repetimos los sit y los plas, los no cuando la veo escarbar la tierra, la hierba...

Mueve nerviosa las patitas en el aire cuando la levantamos en el aire para impedir que se pasee por la mesa de la cena como si fuera un delicioso bufett para cachorros y corre.... corre que ya quisiera Fernando Alonso, persiguiendo al gato Lucas, nuestro vecino felino que tras algunos días de sorpresa al encontrarse con el nuevo miembro peludo de esta casa, nos visita a diario para jugar con Jara, toda una delicia verlos.

Tan poco tiempo con nosotras y tantas risas que ha sembrado en mi alma nuestra Jara, por que también la siento un poco tuya, mi Laia

Casi dos semanas lleva Jara con nosotros y aunque la toco y la siento, me sigue pareciendo mentira, igual que si intento recordar el tacto de tu piel, tu olor, los paseos... me parece todo difuminado, también un sueño, un sueño dulce que duró ocho años y que me ha hecho adicta a esta droga tan dulce de los morritos mojados y las patitas peludas reclamándome mimos.

Cuando tú te fuiste te llevaste algo muy valioso contigo y ahora que tengo a Jara, parezco curada de esa inmensa pena y sonrió feliz al ver en Jara, pinceladas de lo que fue compartir aquel tiempo contigo.

Jara es una chica lista y aprende deprisa, ayer aprendió a hacer el sit sin comida de por medio y a darme su peluda patita, hay que ver lo que nos hace reir este payasete de nariz y ojos negros.

Estoy deseando que por fin terminemos con las dichosas vacunas y la podamos llevar a nuestro lugar favorito, quiero verla correr entre los pinos y chapotear en el agua helada. He puesto su pequeño arnes junto a tu collar, no se exactament por que lo he hecho, tal vez para que tú desde hay arriba puedas protegerla y que crezca feliz a nuestro lado como tú lo hiciste.

Celebró que la vida me ha dado la oportunidad de seguir aprendiendo de vosotros los perros poniendo a mi lado a la pequeña Jara

QUE LAGRIMAS

Bueno Laia, pues ahi sigo mi aventura con tu compi de cuatro patas que tengo en casa, vamos avanzando, no puedo evitar compararla contigo, no veo lo malo, es que sois tan distintas, ni para mejor ni para peor, distintas...

Ayer intenté en vano que durmiera abajo, tarde un monton en hacer una barricada para que no subiera la escalera la srta Jara, pero antes de subirla yo para disponerme a dormir, ya estaba allí moviento feliz su culete saleroso. Entonces la encerré en el despacho y me quedé con el alma encogida detrás de la puerta escuchando a ver que hacía y que iba a hacer, el salvaje: raspar la pared, la puerta... empece a pensar que ahi encerrada la podia pasar algo y la abrí, que le voy a hacer, igual que tu, esta enana respingona me tiene cogida la medida, pero como hice contigo espero meterla en vereda con el tiempo...

La cogi en brazos, mira, que penita, unos lagrimones que tenia que le corrian hasta el cuello, eso no lo había visto yo nunca, un perrete llorando con lágrimas... total, que me la subi y se puso a dormir placidamente encima de mis zapatillas.

Entonces se me ocurrió una cosa, cogi el calcetin de celia que tiene metido en la cesta para jugar y me lo metí entre mi ropa un rato y luego se lo puse a ella, no se si será eso, pero ha dormido del tirón hasta las 6 de la mañana sin obsequiarme con ningún pisete nocturno ni nada.

Ayer aprendió a subir y bajar las escaleras, ya las sube a toda velocidad, moviendo las patitas tan deprisa que no se le ven, parece un dibujo animado

Me acuerdo mucho de ti, que tenga aqui a mi lado a Jara, no quiere decir que te destrone a ti, tú serás siempre la reina, pero Jara me ayuda mucho a tener un poquito de lo que tu me dabas y me da mucha fuerza

Te voy a poner una foto y así de paso, la presentamos en sociedad