martes, 26 de mayo de 2009

365 DIAS

Pues ya llegó la fecha, bueno, el día empezó como esperaba, la angustia y la pena amenazando con apoderarse de nuevo de mi.

Te prometí y me prometí a mi misma que no pasaría de nuevo, no sirve de nada, no es práctico, encendí una vela para que me iluminara el alma, me senté y dediqué diez maravillosos minutos a pensar en ti, mi rubia bonita, te vi correr como solo corren esos perros que me tienen enamorada, tal vez por que me recuerdan a ti en sus carreras o en sus miradas lánguidas, pero tú tuviste más suerte en el reparto de cartas de la vida y yo también, no tengo derecho a sentirme triste, es egoista si pensamos en los ocho largos años que compartimos, cuantas risas, cuantos empujones tiernos, cuantas bienvenidas, caricias y momentos inolvidables... esos los guardo aquí conmigo, para mi siempre.

Pasan los minutos lentos y rápidos a la vez mientras me doy una vuelta por tu vida y la de tu familia y a cada recuerdo la angustia que recubre mi cuerpo se va desquebrajando, salgo de mi vieja piel que me oprime hasta casi asfixiarme y me voy sintiendo bien, viendo que el dolor se va disipando con el humo del incienso sobre mi cabeza y se queda flotando allí, no desaparece, pero solo lo veo si miro hacia arriba y no quiero hacerlo, quiero mirar hacia delante.

Creo que lo he conseguido Laia, tengo paz, hasta luego amiga, te veo en mis sueños

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