Hola Laia, mi rubia adorada, hoy he hecho un viaje muy especial, miré tu retrato tal vez buscando aprobación, me perdí en tus ojos una vez más, cerré la puerta llevando mi pequeña bolsa llena de nervios e ilusión.
El secreto mejor guardado estaba a punto de ser desvelado, mi primer deseo de la noche de S.Juan iba a cumplirse con rapidez.
Una tarde pregunté a Celia que nombre le gustaría si tuvieramos perra de nuevo, no nos gustaba ninguno: Kika, Moli, Lola, Ailita.... como no nos gustaba ninguno, lo dejamos reposar y aproveché para reposar yo tambien un ratito en la cama, entonces en mi cabeza apareció este nombre: JARA, era perfecto, nuestro lugar favorito, La Jarosa, también el tuyo Laia, no podría ser de otra forma
Al día siguiente pinté una bolsa de transporte con la imagen de un perrito y con ese nombre: JARA
Y pasó la mágica Noche de San Juan y salté la hoguera pensando en Jara y otros tantos deseos de mi lista.
Alguien muy especial había pensado en hacerme el regalo más lindo, un trocito de felicidad, nunca podré agradecerle lo suficiente.
Ahora iba devorando los kilómetros que me separaban de ella, al fin estábamos allí con mi pequeña familia, apunto de crecer un poquito más.
Nos acogieron e hicieron sentir como en casa, con esa extraña sensación que se tiene con algunas personas de sentir conocerlas de siempre.
Subí a su casa con Celia y allí estaban esas tres caritas, Celia se volvía loca con ellos, era hora de romper el silencio, le dije a mi hija que si le gustaban, que una de esas dos perritas se llamaba Jara, se sorprendió de que aquel bombón con naricita de carbón llevará el nombre que ella había elegido, pero no terminaba de comprender, tuve que ayudarla diciéndole que además de llamarse Jara, era suya, que se la regalaba Marisol y Paco, ella enrojeció y preguntó temerosa si su papá le dejaría quedársela .
Llegó mi marido y la niña se acercó a él tímida con el perrito en los brazos y le dijo a su papa: - Papá, la quiero...
Y así ha sido, mi niña la quiere y la queremos todos incluso antes de conocerla, este torbellino de ojos negros y mirada zalamera, en un solo día me ha hecho una puesta a punto, ha pasado mi corazón enmohecido de pena, por un fantástico túnel de lavado y ahora luce resplandeciente a juego con esta estupida sonrisa que parece dibujada en mi rostro.
Ya ves Laia, luzco orgullosa la linda cicatriz que tu pérdida dejó grabada en mi alma, siempre tendras aquí dentro tu lugar, pero tengo muchas ganas de amar, permiteme dejarle a Jara un trocito de mi corazón, se que te gustaba verme feliz y que desde ahi arriba vigilaras a esta pequeña terremoto paseando por tus dominios, comienza la aventura de nuevo
tres, dos, uno .... JARA
domingo, 28 de junio de 2009
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