Aunque no ha sido un descubrimiento nuevo, nunca ibamos por el tema de las alergias y demás, esta primavera que estaba yo mejor he empezado a ir y que maravilla, lo que hemos disfrutado andando por allí Jara y yo
Todas las mañanitas al dejar a Celia en el cole, nos ibamos las dos a andar por allí, era nuestro momento, solo para nosotras, una hora larga para relajarnos en el campo
Primera parada en la charca, esto es una antigüa cantera de granito, recordar que este en un pueblo cantero, de aquí salió mucha de la piedra que se utilizo para hacer la cruz de los caidos
Ahora es una charca estupenda, muy bella y llena de vida, todos los días llevamos pan o algo para echar a los pececillos, Jara siempre pide su ración sin terminar de entender por que tiro el pan al agua, no es la primera vez que se mete al agua a por el trocico de pan
Luego seguimos recorriendo los caminos hasta el antigüo lavadero, allí sentadas en aquel lugar, oyendo caer el agua, hemos desayunado más de una vez un estupendo bocadillo que sabe a gloria, intentando imaginar el bullicio de las mujeres que allí acudían a lavar su ropa y a darle a la húmeda, aparte del duro trabajo que debía suponer lavar toda esa ropa en el lavadero de granito, por el que no deja de caer agua sin parar, seguro que pasaban un rato agradable haciendo una versión de la época y rural de el moderno "sálvame" y con mucho más encanto, seguro
Ya en septiembre, después del paro estival, hemos vuelto a caminar por la dehesa para descubrir otra dehesa diferente a la primaveral, llena de moras, poleo y menta, cada día, asentando una nueva tradición, iba con mi bote a llenarlo de moras para mi niña y para saborearlas en forma ya de mermelada en los desayunos del duro invierno alpedreteño
Las lluvias ya se han instalado junto al otoño, después de que un perezoso verano no acabara de marcharse ni siquiera muy metidos en octubre, circunstancia atípica que sin cuestionar demasiado, hemos disfrutado a tope, día a día dejándonos acariciar por esos rayos de sol de propina de este año
lunes, 24 de octubre de 2011
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1 comentario:
¡Que personaje! Cómo envidio la paz de esos desayunos..
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