Llegué a casa y venga llamar a la Jarita y la Jarita que no venía y me extrañó, la busqué por toda la casa y ya me estaba empezando a agobiar cuando la vi aquí donde la veis, tan pichi en la cesta de la ropa para planchar, debía estar tan agusto que pasó de venir, encima mirar con que cara me miraba la muy tuna
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