viernes, 9 de enero de 2009

LOS COHETES DE ESTAS NAVIDADES


Cuando se comenzaron a oir los primeros cohetes despistados de la Navidad, recordé automáticamente el pánico que te daban, por más que leí y pusé en práctica, no conseguí que superaras ese miedo que te hacia arrastrarme tras de ti en cada explosión.
Recuerdo unas Navidades en Madrid, donde los petardos sonaban sin parar, te pasaste los días temblando en la última habitación de la casa, sin querer salir ni para aliviar tus necesidades más primarias, incluso, loca por salir de aquel caos, saltaste sin pensarlo al interior de un maletero abierto de un coche, ante los ojos alucinados del dueño al que pillamos por sorpresa, imagino que pensaste que era un coche el que te trajo a aquel infierno y pensabas que cualquier coche te sacaría de él.
Este año, no se han oído tanto, no se si será la crisis o que no se estilará en Galicia, donde he pasado la gran parte de las vacaciones de Navidad... Curiosamente la última noche que estuviste a nuestro lado, también había cohetes, pues estábamos en plenas fiestas en el pueblo, estabas tumbada en el jardín todo el tiempo, no querías entrar en casa para nada, cuando comenzó la pólvora aquella noche, salí como una bala al jardín y te encontré tirada en la escalera de acceso a casa, intentaste salir corriendo como siempre, pero esa vez no pudiste, llamé a Juan y entre los dos te entramos a casa, donde tu te encontrabas a salvo.


Este año, allí arriba estarás también "a salvo", este año los cohetes no te han molestado, ha pasado la Navidad, es curioso, un día todo son luces, adornos, papeles de colores... y al día siguiente todo eso esta obsoleto, caducado, fuera de lugar... Y pienso que así es un poco la vida, un día todo cambia , desaparece toda esa parafernalia y se queda la vida tal cual, sin adornos, ni regalos, ni risas...

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